¡Retornaste anduriña,
volando a magna altura,
horadando tu venistes,
en tu innata donosura!,

¡Frisando nubes dejaste,
trás de ti vastas bordadas,
cual barco navegando,
por las aguas acalmadas!,

             I

¡Pasaste ríos y mares,
dejaste villas y pueblos,
deseosa de ver la tierra,
de tus primerizos vuelos!,

¡Avistando madreselvas,
veredas, tolmos, llanuras,
en tu vuelo sin descanso,
dejaste en cielo hermosuras!,

               II

¡Ahora anduriña amiga,
andas ojeando tu hogar,
mulléndolo con hierbas,
y nel tu familia gerar!,

¡Y cada mañana vienes,
con tu piar me despertar,
es tu dádiva a mi ansia,
tu hogar lograse el estar!,

               III

¡Tu me pías, yo te hablo,
tu me miras , y te miro,
y te juro que al mirarte,
tu fidelidad yo admiro!,

¡En tu fidedigno costumbre,
de piar sólo para mi,
desa manera hermosa,
tan inefable para mi!,

          IV

¡Eres chiquitita y donosa,
muy dadivosa tu eres,
hasta diría que maga,
nesa intuición que tienes!,

¡Dese flagrante momento,
en que me siento apenada,
dejas tu nido y vienes,
piarme muy afanada!,

            V

¡Vuelas alto, vuelas bajo,
en formas configuradas,
baldía de toda agrura,
a la armonía coligada!,

¡Y yo querida anduriña,
te quiero de corazón,
tanto que  cuan te ausentas,
lloro de desolación!,

               VI

¡Temiendo deleznable,
tu ruta planificada,
interrumpiendo tu vida,
aunadas manos teimadas!,

¡Siendo donosa y afable,
tan gentil y elegante,
quisiera yo te quedases,
donde a volar te avezaste!,

                VII

¡De nada sirven anhelos,
a tu cuerpo chiquitito,
sintiendo nel las nieblas,
los rocíos tan sentidos!,

¡En otoño quedarán ramas,
sin tu presencia querida,
y yo sin tu alegre piar,
amenizándome la vida!,