Centro de Documentación da AELG
La llama prestada / A chama emprestada
López Bernárdez, Xosé Carlos
Autores/as relacionados/as:

LA LLAMA PRESTADA
 
CARLOS OROZA

 

Sube la temperatura y en los altibajos crece el fantasma
En el aire es el viento la curva
el beso en el vuelo
La expresión de las formas
de un país tomado por la mente

Brillante de bondad
de su cuerpo sílfide
el valor de la acción transmitida
que aflora en lo que está oculto

Del placer concertado
Nosotros
Los que somos cómplices
“No amamos porque tengamos el hábito de vivir
sino porque estamos habituados a amar”

Anda - ven - bendice - canta -
Cuéntame
 
Haz tú de mí.

Si celebrado el concierto me identifico
aprenderé a saber
seré suave y sensible
traslúcido en el color
en el placer acaso
tembloroso y lírico en la visión

Cuando se habla de ti
un sentimiento ingrávido recorre el ambiente

Escrupulosamente delicada
la belleza crece por intuición.

Liberado de sí - de su yo impreciso -
el sujeto extrañado de su territorio canta y deduce
que de un conjunto de sonidos se forma el arpegio
la memoria ante el blanco acude con presteza y corrige el compás
en la orilla la línea divisoria.

Del azul febril que proyecta
del ojo que me persigue imagino la flauta
la llama prestada
los reflejos
la cadencia en la acción
el ritmo.

En la visión creciente la belleza actuando silábica
haciendo lo que hice yo tantas veces en tanto papel concluso
¿es el verbo tal vez la tristeza?

En la luz la materia también se envilece.

El misterio es el número.

Del proceso advertido su presencia en su actitud sin tregua
sucinto en el periplo de lucidez
en el ambiente unánime de sentir
las palabras que cantan como el número exacto que nos habla.

Las palabras que cantan
cuando a la vez en el espacio ausente sonámbulo
que al despertar el fenómeno de un deseo expresado
en le inicio como en el desarrollo
restaurando el alma en su estado original.

Sólo somos nosotros entonces
presuntos en la hora
en el inicio de un ciclo liberal
de un pensamiento que mora en la tristeza
que se ensancha en la fuga
convicto en el placer
en su ansiedad el otro.

En el número diez de la calle en que vive se aventaron las aves
y se declaró innúmero en el evento el edificio
solo el rumor del fenómeno que nos acontece se hace culpable
y edifica en el aire la sospecha.

Fugitivo de lo que aún perdura
permaneció inmóvil  como la estatua ante el milagro
el amor trémulo en su venturosa anchura.

El sentimiento prolongado en vano en el eco
ora en esa hora
en el instante mismo en que se sucede
simulando en su expresión el deseo
en esa hora íntima de estar
de ser el índice de nuestros sueños
sin saberse allí contemplado

Persuadido de su fuerza en el espacio augural de un tiempo
detenido en su estancia
su energía
la lucidez que se pierde en la consideración de un valor sin destino
cuando de mí se trata.

¿A dónde puedo ir?

Si despierto en la duda me pregunto
¿hacia donde?
¿dónde puedo encontrar al hombre que haya olvidado mis palabras?
Coronando en la cumbre en su función capaz
el sentimiento se trasluce originario
de una infinita sed de ser en sí mismo
de su hallazgo el temblor
su vaporoso aliento
la humedad transitada.

 

 

 

A CHAMA EMPRESTADA

CARLOS OROZA


Tradução: Carlos L. Bernárdez

 

Sobe a temperatura e nos altibaixos cresce o fantasma
No ar é o vento a curva
o beijo no voo
A expressão das formas
dum país tomado pela mente.

Brilhante de bondade
do seu corpo sílfide
o valor da acção transmitida
que aflora no que está oculto

Do prazer concertado
Nós
Os que somos cúmplices
“Não amamos porque tenhamos o hábito de viver
mas porque estamos habituados a amar”

Caminha - vem - bendize - canta -
Conta-me

Faze tu de mim

Se celebrado o concerto me identifico
aprenderei a saber
serei suave e sensível
transluzente na cor
no prazer acaso
tremente e lírico na visão

Quando se fala de ti
um sentimento ingrávido percorre o ambiente.

Escrupulosamente delicada
a beleza medra por intuição.

Liberado de si  próprio- do seu eu impreciso-
o sujeito estranhado do seu território canta e deduz
que dum conjunto de sons se forma o harpejo
a memória perante o branco acode com prontidão e corrige o compasso
na beira a linha divisória.

Do azul febril que projecta
do olho que me persegue imagino a flauta
a chama emprestada
os reflexos
a cadência na acção
o ritmo.

Na visão crescente a beleza a actuar silábica
a fazer o que fiz eu tantas vezes em tanto papel concluso
é o verbo talvez a tristeza?

Na luz a matéria também se avilta.

O mistério é o número.

Do processo advertido a sua presença na sua atitude sem trégua
sucinto no periplo de lucidez
no ambiente unânime de sentir
as palavras que cantam como o número exacto  que nos fala.

As palavras que cantam
quando  ao tempo no espaço ausente   sonâmbulo
que ao acordar o fenômeno dum desejo expresso
no início igual que no desenvolvimento
a restaurar a alma no seu estado original.

Somente somos nós nesse caso
prováveis na hora
no início dum ciclo liberal
dum pensamento que mora na tristeza
que se alarga na fuga
convicto no prazer
na sua ansiedade o outro

No número dez da rua en que mora aventaram as aves
e declarou-se inúmero no evento o edifício
só o rumor do fenómeno que nos acontece se faz culpável
e arquitecta no ar a suspeita.

Fugitivo do que ainda perdura
permaneceu imóvel como a estátua perante o milagre
o amor trémulo na sua venturosa largura.

O sentimento prolongado em vão no eco
ora nesta hora
na altura mesma na que se sucede
a simular na sua expressão o desejo
nesta hora íntima de estar
de ser o índice dos nossos sonhos
sem se saber ali contemplado 

Persuadido da sua força no espaço augural dum tempo
detido na sua estância
a sua energia
a lucidez que se perde na consideração dum valor sem destino
quando de mim se tratar. 

Aonde é que posso ir?

Se acordo na dúvida me pergunto
para onde?
onde é que posso achar o homem que tenha esquecido as minhas palavras?
A coroar no cume na sua função capaz
o sentimento transloce originário
duma infinita sede de ser em si próprio
do seu achado o tremor
seu vaporoso alento
a humidade transitada.